Abridme el portal, tengo frialdad de ausencia, tomaré ron para desahogar mi congoja. Tras la noche despiadada y en los carteles del caminante se esboza quien atasco el destino y mi juventud. Hecho triza connoto la amplia laurea boyante y maltrecha al escudo; extravié el enigma y la virilidad pujanza, recalqué entre aventuras una esperanza, coseché pasiones y desencantos. Tal vez fui un payaso y escogí para geniales tretas a vulgares troyanos y querendonas pizpiretas, bajo mi elocuencia de bardo y quijotesco, declino la destellante traición, los retoños brutales del arraigo, la cruenta agresión de Zeus y el gesto burlesco andante. No cierren la corriente aunque esté vencida, reposaré un momento ahí rememorar lo que padece y llora el corazón confuso.
Dialogar sobre lo que somos
Lo que somos afianza el dictamen evolutivo forjado en nosotros, quien alurde la presteza pertrechando lo consecuente indagará como refugio cualquier particular que estampe fuera de la imaginación. Admito hipotéticamente de quienes están ausentes pueda que anden equivocados ¡Ocultan tras lo aparente el lado oscuro! Quien teme a que lo defrauden selecta el porvenir menos baldado, el futuro exceptúa la eventual oportunidad de balancear las funciones, desempeñadas concatenando lo escabioso e infundir la participación integra con basamento moral. La premisa confiere viajar en arcaísmo con una falacia y tornar al punto de encuentro sin expectación ¡lo eficiente trae como consecuencia ser detestable! Intentamos hacer girar al mundo eincurspecto los grados equivalentes a su planicie sideral, en tejer hilos vetustos como adquisición forte al contrecho sin prorrogar lo ductible o espectáculo paradójico seria que renunciemos del todo detrimento a efectos factibles.